jueves, 29 de octubre de 2009

Estudiando en la biblioteca: Forjando una paciencia de Hierro.

Llegué a la sala. Me quité los cascos y la mochila. Moví una silla para sentarme mientras dejaba los libros sobre la mesa. La temperatura era elevadísima e hizo que una gota de sudor resbalase
por el lateral de mi cara. En cuanto me senté, ellos, comenzaron a invadir la sala depositando todos sus utensilios de la forma mas ruidosa que jamás hubiera podido imaginarme. Os juro que mi mirada tediosa la estaban sintiendo, al igual que la de los 50 pares de ojos que se encontraban allí sentados observándoles.

Ellos también empezaron a observarnos a nosotros y aparentemente, no les importábamos una mierda. Es mas, uno clavo su mirada en mi, saco su sonrisa más malévola, se giro y empezó ha realizar su trabajo.

En este punto de la historia empecé a agobiarme más por el calor y segundos después por el alboroto.

Venga ruido, martillo para arriba, destornillador para abajo, saca el taladro y cambia la broca, mueve la escalera metálica si no llegas… ¡TRAE LA PERSIANA QUE LA PONGO!-uno gritaba -NO PUEDO MOVERLA SOLO –contestaba el otro desde la puerta de la esquina opuesta de la sala.

Yo mientras tanto dejé a un lado las series de Cálculo y empecé a planear este texto mientras notaba que la arteria de mi cuello comenzaba a palpitar casi tanto como la noche que os describí en la entrada anterior.

Quizás, todo esto no me hubiese molestado si no fuesen las 17.30 y yo no me encontrase en la sala de estudio de la biblioteca de Usera.

En lo que podemos denominar como hora punta de estudio, la dirección de la biblioteca había autorizado la instalación de nuevas persianas así como la sustitución de ventanas en dicha sala.

Me parece increíblemente bien que se mejore el estado de las bibliotecas de la Comunidad, pero sin duda hay horas más adecuadas para hacerlo. Sinceramente abrir la biblioteca un par de horas más tarde por la mañana (cuando el paso de gente en la José Hierro es mucho menor) creo que es bastante buena opción. No se también hubiese sido acertado cerrarla una tarde entera avisando previamente a los estudiantes y que estos pudieran haber encontrado otro sitio para estudiar de emergencia y no haber perdido una tarde completa. Mucho mejor aún: haber instalado las persianas y las ventanas en verano, cuando se realizaron las obras en la José Hierro y encima había menos gente: eso sería la solución ideal.



Camión de cristalería frete a la biblioteca


Operarios colocando ventanas de la biblioteca


No puedes estar en la sala, ni tampoco subir a plantas superiores ya que la temperatura se eleva de forma exponencial según asciendes de piso (he llegado a estar estudiando en septiembre en la 6ª planta con 27 grados y no os lo digo grado arriba o abajo, sino con termómetro en mano). Es lo que tiene que el edificio este expuesto al sol todo el día, pero por algo se instalo el sistema climatizador: para estar calientes cuando hace frío y frescos cuando estamos bochornosos.

Bueno, aquí creo que voy a finalizar. Al final, no se porque una serie es absolutamente convergente y lo que solo iba a ser la planificación de una entrada, ha acabado plasmado minuciosamente en un papel.

Levanto la cabeza del folio ya que al que parece el cabecilla del equipo que pone las ventanas le suena el móvil, como no a todo volumen. Yo le miro pensando que no iba a ser capaz. El me mira a mí con aires de superioridad. Pone de nuevo esa sonrisa malévola en su cara, descuelga y comienza a gritar por el micrófono. Debe de ser que sus modales los dejo irónicamente en una habitación sin luces ni ventanas para que no pudiesen escapar nunca de ella, como guardados en la sombra...

Mis compañeros de mesa, ante tal desconsideración, no aguantan más. Están recogiendo y se van. Les he escuchado decir que mañana tienen examen…parecen que anhelan una buena nota...

Conclusión que he obtenido a las 6.20 de la tarde de hoy:

"A algunos les toca perder sus esperanzas para que otra Esperanza gane algo de provecho."

martes, 20 de octubre de 2009

La noche de fiesta: El cumpleaños de un amiga.

Esta entrada nace no como una noche en particular, sino, como un conjunto de ellas concentradas únicamente en una. Con esto quiero decir que la última noche en la que salí de fiesta no me sucedió todo lo pretendo contaros, pero si juntásemos 2 o 3 de mis salidas nocturnas en el último mes (y seguramente de los vuestros) el resultado sería bastante parecido.

Paso sin más preámbulos a la entrada, la noche de fiesta: el cumpleaños de una amiga.

Todo empieza unos días antes, la fiesta debe ser súper planificada. Todo el mundo esta avisado. Todo el mundo tiene ganas . Todo va como la seda. A partir de aquí de culo y contra el viento.

Los primeros enfrentamientos son el mismo día en el que se va a celebrar el botellón. Se producen entre los que lo están preparando concienzudamente y los que supuestamente van a acudir. Lo que el viernes estaba acordado, hoy disgusta a la mayoría, y cosas de la vida, aunque no hay provocación, se quejan. No les gusta ni la hora, ni el sitio ni la gente que va así que la mitad de los que iban a ir se rajan, dejando a la pobre chica del cumpleaños con el marronazo de tener que volver a planificar muchas cosas sin apenas tiempo.

Primer inconveniente que ponen: la hora. A nadie le parece adecuada. Siempre es muy pronto. Bueno, creo que llego el momento, voy a empezar a ensañarme ya: A ver gentuza, siempre hay que quedar pronto, porque precisamente los mismos que decís que es demasiado temprano, sois lo que llegáis tarde y toca esperar siempre ya que misteriosamente soy los que os quejáis los que os ha surgido un percance que os hace retrasaros. Si quieres hacer el botellón a las 23.00 hay que queda como muy tarde a las 21.30, ya que si pretendes quedar con casi 25 personas (o más) siempre hay al menos 7 imprevistos que afectan a invitados (ya sea de forma individual, parejas o grupos que se van juntando según llegan a la zona de la quedada) por lo que se retrasará la llegada de unas 15 personas mínimo. Esto retardará el botellón entre 30 y 45 minutos (ya son las 22.00 como poco) y también encontrar el sitio exacto con las llamadas propias al organizador (22.15). Después de que casi todos estéis reunidos y ya entenderéis el casi, toca saludarse y contarse batallitas de la semana. La verdad, es que aunque han estado hablando por MSN hace un par de horas, siempre queda por contarse algo (22.25).

Hay que comprar y una manada de jóvenes con ganas de fiesta no se pone de acuerdo a la primera NI DE COÑA. Toca discusión de 10 minutos como poco (22.35). Después se os ocurre la brillante idea de juntaros por grupos más pequeños y poneros de acuerdo entre vosotros que también es complicado. Unos quieren Brugal, otros dicen que eso es caro, que mejor Negrita, otro ya esta pagando el vino y la coca cola sin el consentimiento del resto del grupo….Hay que coger patatas para picar, cuenta vasos y coger hielos. Consejo que siempre doy: coger otra de hielos. Respuesta: ¿pa’ que?... Bueno, he avisado...


Toca pagar. El pobre chino que siente que su tienda esta siendo asediada por una panda de bárbaros con ganas de montar una bacanal, hace las cuentas con la calculadora. Antes de que pueda decir nada el espabilado del tu grupo ya se ha tomado la libertad de tomar prestada la maquinilla de sumar y lo ha dividido entre el número de personas. Dice: 5`74 € cada uno. No, esta vez tampoco hay que pagar un precio normal. Hay que quitar las pelusillas del fondo del monedero y usar esas monedas cobrizas que tu pensabas que venían de serie con la cartera. Ponéis todos el dinero y faltan como no 5`74 €. El listo/a de turno que esta comprando tabaco. Toca a otro ponerle lo que debería poner él/ella pero nuestro colega se va a callar y no discutirá con la intención de poder cobrarse, (con el afán de joder por supuesto) casi los 6 pavos del botellón en cigarrillos. Creedme 6 euros en tabaco por persona y por noche, son muchos cigarrillos por persona y noche. Pero la avaricia del ser humano, no tiene límites.

Ya son las 22.55. Vaya, vaya…son casi las once y no hemos llegado todavía al sitio para hacer botellón ¬¬…

Toca decidir el sitio (que supuestamente estaba decidido desde hace casi una semana). Aquí la noche puede tomar 2 caminos: el primero, te quedas en el barrio. Esto supondrá que harás botellón pero te quedaras en el cutre-pub de la esquina hasta que os muráis del asco o cirrosis tomando chupitos (esto se debe a que la gente le da el bajón y se apalanca en cualquier rincón, como un osos a punto de empezar hibernar). El segundo, vas a un parque cerca de una discoteca y haces botellón allí. Supondremos que esta será una noche ideal y no real. Elegiremos pues la segunda opción.

Llegas a un parque cerca de la disco en cuestión. Si estas en Madrid no tengo ni que decir que las luces no estarán encendidas. No es que los gatos seamos súper ahorrativos sino que hay que recortar gastos después de pagar las olimpiadas que no nos han dado. Y ya que no ganamos (aunque según mi alcalde tampoco perdimos) yo pediría un par de antorchas olímpicas al COI o directamente un pebetero,en plan premio de consolación, para alumbrar las zonas de Madrid poco iluminadas.

Retorno al parque oscuro. Llegáis los 25 y os ponéis a beber. Después del segundo cubata apenas quedan hielos (lo dije) y es que entre tanta copa y el viaje la mitad se derritieron y la otra esta agotada.

Es el momento de sociabilizar. Vas a un grupo cercano que no conoces de nada y te pones a hablar con ellos y de paso a pedir hielos, tabaco e incluso algún número de teléfono a alguna chica. (Nota: procura que la chica no tenga novio. De lo contrario, pelea. Esta es una noche ideal y no habrá peleas, al menos de momento).

Te llama alguien coges el móvil. Como no es una persona que en principio no iba a venir, pero vienen. No tiene ni puta idea de donde esta, no pregunta a nadie por la calle (puede ser que le coman) y decide adentrarse en el parque. Te toca ir a buscarla. Coges por banda a un colega que no esté muy chuzo para que te acompañe. Si tienes suerte, la persona que buscas estará en el mismo parque que tú, si no puede pasar que se encuentre en el parque de enfrente en el de un par de calles mas abajo o que como el dice, que se haya distraído un poco conduciendo y ahora se encuentre en el parque, pero de Monfrague. Después de vagar 1/2 hora entre setos arbustos y barro, puede que te mande un mensaje diciéndote que se le quitan las ganas de fiesta y que no va.

Repito: es una noche ideal. Estará en el mismo parque que tú y le encuentras. Además pronto.

Vuelves al botellón. La mitad de la gente ha desaparecido. Llego la policía y está pidiendo documentación. Muchos han huido ya que tienen avisos y al segundo toca multazo (con algo hay que pagar la gente que va a tener encendido el pebetero y las antorchas, que aunque hayan salido gratis, eso lleva un mantenimiento…).

No te acercas, tu y tus 2 amigos observáis desde lejos a los que resignados les toca dar su DNI o pasaporte y los que están vomitando por la carrera. Después de que lo pitufos se vayan la manada se concentra y decidís moveros hacia la discoteca. A muchos les tocará estar callados en la fila para no aparentar lo borrachos que van y no les tiren.
De camino hacia allí ves que vas madurando y empiezas a sentirte un don nadie entre la gente que se mueve por allí. Creo que es un buen motivo para cambiar el estilo que he usado hasta ahora y me pondré más crítico, mucho menos simpático.

Llegas a la famosa discoteca. Sinceramente, es llegar allí, y todo te parece sacado de una película del noreste de Europa en inicios de los años cuarenta.

Colocado entre un muro de piedra y una valla metálica, vigilantes con abrigos largos que cubren hasta sus rodillas que te ordenan que te muevas gritándote. Llegas al principio de la cola y tras mirarte de arriba a abajo para averiguar si eres apto te dicen: nombre y lista. Acongojado contestas. Tú consigues pasar, pero siempre hay algún conocido que no lo logra por cualquiera de las más inverosímiles razones: solo llevas un pendiente (el número de perforaciones impares es muy macarra y el de las pares no, eso es to' fashion); tu pelo esta demasiado de punta por algunos lados (crestas o flequillos inadecuados que oscilan de forma aleatoria); o directamente no pasas porque yo no quiero.

Es el momento de convencer al soldado de la frontera entre la salvación de la noche al otro lado del cordón y la decepción de volver a casa, de que vamos todos juntos lo que implica 2 posibles soluciones. Todos se salvan o a todos los tiran. repito, noche ideal.

Esta última vez, pasamos todos, si no hubiera sido así, vuelta y cada mochuelo a su olivo. Del lugar en cuestión no voy a comentar nada a fondo solo un par de pequeños matices propios de los sitios de fiesta: imposible moverse por la gran concentración de personas, prohibido hablar con nadie (por elevado volumen de la música), cualquier producto increíblemente caro para cualquier economía media o media baja (¿de veras no estamos en la Alemania de los cuarenta?). Por supuesto dejando a un lado todos los tíos que se degradan por un poco de contacto físico con una mujer y casi el mismo número de chicas que se dejan tocar por algo de cariño. Repito que personalmente no me gustan este tipo de sitios así que las pocas veces que voy suelo salir pronto de allí.

Abandonas el lugar. Al que llame soldado anteriormente, como no, tiene bronca. Nuestro hombre de negro, tiene agarrado a un chaval por la pechera dejándole bien claro quien es el que manda. Todo esto sucede ante la mirada atónita del resto de personas que se acumulan en la fila y como no entre las sonrisas malévolas del resto de compañeros de oficio. Cuando ya ha soltado una pequeña porción de su rabia aparenta que le deja huir. Craso error, sólo espera a que ser inferior a el haga un mínimo movimiento de labios para acechar de nuevo. Pero esta vez irán el y 2 coleguitas más para mostrar su "capacidad de persuasión" y explicarle las razones por las cuales no puede pasar. Poco después vuelven con los abrigos grises por el polvo (¿repito a que me recuerda esto?).

Esta vez se a ciencia cierta de que no hubo golpes, pero quiero recordaros que en otras salas de fiestas ha habido anteriormente agresiones con los porteros. Esto supuso incluso la muerte de gente implicando que muchas discotecas tuvieran que limpiar su nombre y bautizar sus salas de otra manera.

En este punto creo que debemos valoras ciertas cosas.

NOTAS IMPORTANTES:

1. Curioso que una elevada parte de los porteros de discotecas tengan procedencia de Europa del este. Añado que quizás a sus vuestros vecinos polacos no les gusten una mierda los métodos que usáis para ganaros la vida.
2. Más curioso aún que una de las discotecas que usa tales tácticas con las que estoy pudiendo centrar mis símiles se llame Bohemia. Por definición Bohemia, se dice de la vida que se aparta de las normas y convenciones sociales (La vida del que selecciona el cliente que entra).

Por cierto Bohemia también es uno de los protectorados cuyo presidente (dictador) apoyo a Hitler que durante la 2º Guerra Mundial a pesar de la disconformidad de la resistencia del país hasta que paso a ser territorio rojo en 1945. Todo se pega chicos…

Después de esto toca la vuelta a casa. Toca ayudar a los amigos borrachos (los que lo iban antes de entrar a la sala que ahora tienen resaca y los que lo van después de salir). Esperar los búhos, muertos de frío. Tienes que subir al autobús con un borrachuzo colgando de tus espaldas picar por tí y por tu lastre. Si hay asientos (hipotético caso muy poco probable, pero es una noche ideal) le sientas y toca estar al loro por si le dan ganas de vomitar a tu colega, lo cual implica bajarse, desalojar fluidos y tener que esperar a otro bus lo que supondría 30 minutos más de viaje. Muchas veces toca subir a los amigos a su casa o a la tuya propia cuyos tronchantes efectos contaré en otra entrada más adelante.

En fin esto es una noche de fiesta por el cumpleaños de una amiga. Menos mal que para que esto se repita faltan 365 días…

En este momento Loren me llama por teléfono y me dice:
Berto, que la semana que viene es el cumple de un amigo. ¿Te apuntas?
……..Mierda


lunes, 12 de octubre de 2009

EUITI: Paraíso Terrenal. Capítulo I

Comienza el curso 09/10 después de los exámenes de septiembre y llegué a la EUITI con la esperanza de que este año hubieran solventado las trabas del anterior. Fue llegar allí y ver que, aunque las fotos del hall del año que se inauguró la ITI (que están al lado del servicio de publicaciones y en las que podréis comprobar las cosas que iré diciendo más adelante) y las de hoy día no tienen diferencias, se están realizando algunas reformas.


Año 2009: al fin han llegado al Edificio A de esta Universidad las ventanas correderas de aluminio (pero, ¡ojo!, no en todo el edificio, sólo en algunas ventanas); también se están pintando partes del mismo con el típico estilo de doble franja bicolor (que, por cierto, a medida que nos acercamos a la planta cuarta, en la que se encuentran los departamentos de Expresión grafica, la línea que separa ambas franjas está irracionalmente más inclinada); han cambiado las mesas de los descansillos de la 3º planta (las que había eran las que se pusieron en la biblioteca a mediados del siglo pasado); han incorporado una casetilla más para personal del Centro, y también se han dignado a reparar la baldosa que está frente a los tablones de Física de 1º, que de siempre he visto despegada del suelo (este simpático adoquín tuvo durante el segundo cuatrimestre del pasado curso una reparación de emergencia, planificada minuciosamente por algún miembro iluminado de la escuela: una papelera sobre el mismo con un folio pegado a ella que indicaba con letras mayúsculas “OJO, CUIDADO CON LA BALDOSA”).

En el patio que separa el Edificio A del B se han puesto una serie de cartones, aparentemente de forma arbitraria. He de decir que al principio pensaba que se trataba de cajas caídas al mismo sin mala intención, pero después de semanas pasando por allí y observando con suspicacia que estos no cambian de posición con el aire, comienzo a sospechar que tienen alguna función estructural para el techo de los laboratorios de Química III y IV de la primera planta.




Patio que separa los edificios A y B




En el edificio B las reformas han sido mínimas, aunque hay que reconocer que, a simple vista, los únicos desperfectos que existían eran un par de azulejos rotos en la 2º planta. Digo a simple vista porque lo que es a simple oído siguen existiendo desperfectos: el sistema audiovisual de cada clase sigue estando estropeado, se oye bien pero no suena donde debe, sino en las clases adyacentes a las que se conecta el aparato. Aclaro que no es por las paredes o el biombo que separa algunas de ellas, sino porque los sistemas de reproducción de la clase n están conectados, por inducción, a los de la clase n+1. Esto tiene una ventaja, contra todo pronóstico: enterarte de las clases de limítrofes de una forma subliminal. Esto te permite matricularte de todas las asignaturas de primero más las de segundo, pues aunque en principio los horarios de unas clases coincidan con los de otras, con este nuevo sistema puedes dar dos clases al mismo tiempo.


También cabe destacar que en las aulas B hay enchufes en multitud de paredes, lo que está bastante bien para cuando necesitas cargar el móvil. Al único que le veo poca utilidad es al que está en el techo y en el centro de la clase. Pensé que sería para los aparatos que se enchufan al proyector, pero estos van por otra caja metálica al lado de la puerta, cómo no, cerrada con llave (no vaya a ser que los niños de cinco años que estudiamos en la EUITI metamos los dedos en el enchufe).

A mí me parece estupendo que las cosas que haya de valor en la Escuela se cuiden y se protejan de desperfectos. Os pongo otro ejemplo: los equipos de la sala de ordenadores. Las pantallas planas de última generación están enganchadas a las mesas con una pitón, aunque esta solución de alta tecnología no es necesaria para los ordenadores, entre otras cosas, porque sólo van los puertos USB en la mitad de los que poseen estas pantallas y no te vas a poner a robar un aparato que funciona peor que tu móvil. Como ésta es una Universidad de contrastes, las computadoras con los monitores antiguos de 14 pulgadas son más eficientes y además dan un toque nostálgico (más acorde con la ITI) con el ya mítico color amarillento y el ratón analógico Genius con doble botón y las pelusas propias en las varillas que se mueven con la bola.





Sala de ordenadores

Del edificio C apenas tengo quejas. Aunque he de decir que he pasado pocas veces por él, en las que he estado no he observado ningún defecto en su interior. Aún estoy meditando si el hecho de ser un edificio destinado únicamente a despachos de profesores tiene o no algo que ver.

Pero bueno, no todo van a ser obras en este curso. Curso nuevo, fichas nuevas y, cómo no, sus correspondientes fotos. Y eso de que los repetidores no tienen que entregarla es pura leyenda urbana: siempre te toca volver a sacarte fotos, coger las fichas, entregarlas y pedir alguna de sobra ya que siempre se acaba perdiendo alguna. Curso nuevo y las prácticas de siempre en las que nunca te toca el grupo que mejor se ajusta a tu horario. Curso nuevo y los ejercicios… los ejercicios también nuevos, aunque las diferencias con los del año anterior sean mínimas (apenas un par de ejercicios de convocatorias de exámenes anteriores) y, cómo no, toca comprarlos cada año ya que la mayoría de departamentos, en lugar de colgarlos en la Web de la Escuela (como hacen la mayoría de universidades públicas de Madrid), los bajan a Publicaciones, donde puedes adquirirlos previo pago (con algo tienen que financiar las obras de la Escuela). Curso nuevo y me gustaría decir que nuevas fiestas de esta facultad, pero no, de nuestro campus hablaré más tarde.

Llegados a este punto en el que no se entiende nada sobre el edificio de la EUITI, decidí llegar a las entrañas de la misma para buscar respuestas: el laberinto de los sótanos. Allí viví uno de los episodios más surrealistas de mi vida. En los pasillos subterráneos se encuentra el famoso desfibrilador (del que se presume en multitud de carteles subrayados en amarillo fluorescente en los que te indican cómo hacer uso de él). Como es lógico, el desfibrilador está dentro de la enfermería. Lo que no es tan lógico es que la enfermería esté siempre cerrada a cal y canto. Así que nada, amigos, el día que a vuestro colega le dé un infarto por el exceso de grasa en la comida de cafetería, casi mejor que no bajéis a las dependencias sanatorias, subid a la azotea y esperad allí al helicóptero del Samur. Seguro que éste tarda menos en llegar que la llave de la cerradura de dicha enfermería en aparecer.








Baños, enfermería cerrada bajo llave y cartel en la EUITI


En el mismo pasillo de la enfermería están también los baños antiguos (que por otro lado es el más grande de todos). Los tiempos de gloria de estos sanitarios ya quedaron atrás: ahora sus quince urinarios y sus tres retretes están ya casi en desuso. Y aquí hay otro dato más que curioso: hay cuatro habitáculos pero tan sólo tres retretes. ¿Que no te salen las cuentas? No te preocupes, es normal. Aunque resulte incomprensible, en la cuarta sala los encargados del buen funcionamiento de la Escuela se empeñan en tener una silla. Sí, sí, una única silla. Ni water, ni cisterna ni nada. He llegado a la conclusión de que Dirección teme que estos baños se colapsen (recuerdo que por dicho pasillo en la actualidad apenas circulan personas) y ha puesto la silla para que cuando se estén ocupados los quince urinarios y los tres retretes simultáneamente y entre una persona más (la décimo novena, recuerdo), se pueda sentar a esperar a que alguno de ellos quede libre. O eso, o que si a alguien le entra el apretón y tiene que hacérselo en los pantalones, al menos pueda hacerlo sentado.

Como todo huele extraño en este punto (quizá se deba a que alguien tuvo que hacérselo en los pantalones en la silla del baño), decidí volver a la superficie y mirar por las ventanas interiores. Cualquier persona que no frecuente la ITI pensaría que con esas vistas ha dado un paso en el espacio y está contemplando el mismísimo Bronx: una cancha de baloncesto oculta bajo mesas (y mesas, y mesas…), unas canastas rotas por completo, escaleras de incendios que desembocan en él, los containers de las obras para depositar los escombros… Pero en cualquier momento sabes que estás en Madrid por las matrículas de los coches que están estacionados en él, ya que este patio es el aparcamiento del personal del Centro. Supuestamente podría decirse que así es nuestro campus, pero ahora tiene un paso restringido ya que supuestamente se forma mucho alboroto allí y no se pueden dar las clases (debe ser que la gente que habla en el patio molesta, pero las taladradoras, picos, martillos neumáticos no deben oírse).







Patio y cancha de la escuela


Con todos estos pensamientos rondando por mi cabeza, decidí irme a la puerta de la calle y, de camino, me crucé en el “museo”, cómo no, ¡con las máquinas pulidoras del suelo! Que otra cosa no, puede haber graffitis en las paredes internas de las escaleras de la 1º planta, el suelo de los pasillos puede estar mal puesto, se ha podido restringir la entrada a un ascensor con un aparato de tarjetas que acumula energía electroestática en las escaleras adyacentes y que provoca un agradable calambrazo si tocas el pasamanos, pero… el suelo de la escuela ¡BRILLA QUE DA GUSTO! (por cierto, quiero hacer mención a la gente que se ocupa de la limpieza del centro. Es de las pocas cosas que merece la pena destacar porque la verdad es que todo está muy limpio. Felicidades para ellos/as).

En fin, volvamos a la puerta principal, al banco que siempre está ocupado, y ya de paso cambiaremos el ticket del coche, porque como el aparcamiento de la Escuela es sólo para profesores, los alumnos tienen que aparcar en la calle. Y claro, al estar la EUITI en un campus tan universitario como es el de la zona de Embajadores, pues los aparcamientos están en zona verde residente y azul Gallardón, donde debes poner el papelito cada 1 ó 2 horas. Y es curioso que los mismos que ponen las multas son los que cogen el útimo periódico que regala la universidad (los periódicos y los folios de los exámenes son de las pocas cosas que regala la Politécnica). Sí, ese diario que ibas a coger tú justo unos instantes después de que él lo hiciese. Pero piensas: “casi prefiero que me quite el noticiario a que ponga multas a mis compañeros”.









Paredes desconchadas y pintadas




Hay una solución además del coche y el transporte público: la moto (que sí se puede estacionar frente a la puerta de la Escuela gratuitamente) o en bici. Aquí hay otro dilema: dejarla frente a la misma puerta, donde está medianamente vigilada pero corres el riesgo de que te hagan la putada tus propios compañeros de clase, o dejarla en la esquina del edificio, en la que el Ayuntamiento ha puesto unas barras para poder estacionarla, y donde tu bicicleta se convierte en víctima potencial de robo y desguace. (NOTA: en esta esquina suelen estar de forma habitual toxicómanos esperando cundas que les lleven a los poblados a por droga, y muchos de ellos piden dinero a los transeúntes para pagarlas. Dejar la bici con esta gente desesperada por una dosis, teniendo en cuenta que en la acera de enfrente hay una chatarrería y la bici no la va a vigilar nadie: Houston, Houston, we have a problem. Señor alcalde, que hay otros sistemas).








Cámara de seguridad apuntando a una
puerta cerrada permanentemente.


Llegó la hora de hablar de los profesores. Aquí tenemos de todo un poco. Podemos empezar por los que terminan sus clases media hora antes y, en lugar de adelantar temario, prefieren llevarlo al día de otra manera: con horas extra después de los horarios oficiales. También están los que te echan de su despacho a empujones porque no quieren rescatar tu ficha de alumno del año pasado, o los que se empeñan en dar sus clases con diapositivas. Esto está bastante bien porque los profesores se quitan problemas como que no se entienda su magnífica caligrafía. No les culpo por escribir mal, sino por pasar las diapositivas de fácil entendimiento a la misma velocidad que los fotogramas que una película. De esta forma, cuando llegan las difíciles, da igual que dejen el tiempo necesario para que poder copiarlas, porque la fórmula necesaria para entenderlas pasó por delante de tus ojos más rápido de lo que roban las bicis en la esquina. A todo esto, fórmula que no copies se convierte en candidato fijo a caer en el examen de la próxima convocatoria.

Cómo no, también tenemos a los que cuando tienes una duda intentan resolvértela. Y digo intentan porque cuando creen que la resuelven, realmente están contestando lo que quieren o lo que les apetece, no lo que se les pregunta. Son como los políticos, que te dicen “pregunten lo que quieran que yo les responderé lo que me dé la gana”. Aunque casi prefiero a estos que los que te contestan y te acaban liando más (cualquiera diría que les molesta solventar las dudas).

Por último, mención especial merece cierto profesor que ha dejado un vacío en los corazones de algunos alumnos y, para otros como yo, sólo un vacío en nuestras aulas. Estoy hablando de un tipo que el año pasado, cuando un compañero mío le preguntó una duda sobre un ejercicio extra, le contestó: “No he estudiado en el extranjero para solventarte a ti las dudas”. Este año se ha jubilado y a los alumnos que nos toca repetir su asignatura o bien no se nos ha asignado aún un nuevo profesor o, en caso de ya tenerlo, el susodicho no ha hecho acto de presencia en clase (y eso que ya van dos semanas y media de cuatrimestre. Por si acaso: aula B-21 Lunes y Martes de 09.30 a 10.30)

Pienso que de momento con esto bastará. No espero hacer de esto una crítica destructiva, sino todo lo contrario y, si alguien se ha molestado, espero que sepa reconocer que hay algunas cosas que no están funcionando como debieran. Realmente un colectivo amplio de estudiantes no vemos tan complicado que las cosas mejoren en nuestra Escuela. Tampoco queremos nada extravagante, sino que se nos escuche y se nos tenga más en cuenta.


Gracias a por vuestro tiempo, tanto los que lo habéis leido como el genio que lo reviso

viernes, 9 de octubre de 2009

De momento solo me presento


Presten atención a este blog porque en el voy a dejar las cosas claras y no tengo intención de repetirlas.

La historia me coloca en este pequeño punto que es este blog, en la parte mas remota de la inmensidad e internet. Eso nos da un dónde. Solo pretendo expresar cosas que ultimamente estoy observado y además de dolerme me preocupa que no se corrijan. Esto no será el golpe perfecto ni definitivo, pero digamos que seré la voz de una mayoría que creo que no debe ser silenciada. Eso nos da un quién y un qué. El cómo, no es mucho más complicado, solo escribiré intentando que actitudes de ciertas personas cambien y a los que nos toca vivir de sus decisiones se nos comience a tener en cuenta.

Otra cosa que se me olvidaba...me falta un ¿por qué?, bueno eso es sencillo:
Yo me quejo si ellos me provocan