lunes, 12 de octubre de 2009

EUITI: Paraíso Terrenal. Capítulo I

Comienza el curso 09/10 después de los exámenes de septiembre y llegué a la EUITI con la esperanza de que este año hubieran solventado las trabas del anterior. Fue llegar allí y ver que, aunque las fotos del hall del año que se inauguró la ITI (que están al lado del servicio de publicaciones y en las que podréis comprobar las cosas que iré diciendo más adelante) y las de hoy día no tienen diferencias, se están realizando algunas reformas.


Año 2009: al fin han llegado al Edificio A de esta Universidad las ventanas correderas de aluminio (pero, ¡ojo!, no en todo el edificio, sólo en algunas ventanas); también se están pintando partes del mismo con el típico estilo de doble franja bicolor (que, por cierto, a medida que nos acercamos a la planta cuarta, en la que se encuentran los departamentos de Expresión grafica, la línea que separa ambas franjas está irracionalmente más inclinada); han cambiado las mesas de los descansillos de la 3º planta (las que había eran las que se pusieron en la biblioteca a mediados del siglo pasado); han incorporado una casetilla más para personal del Centro, y también se han dignado a reparar la baldosa que está frente a los tablones de Física de 1º, que de siempre he visto despegada del suelo (este simpático adoquín tuvo durante el segundo cuatrimestre del pasado curso una reparación de emergencia, planificada minuciosamente por algún miembro iluminado de la escuela: una papelera sobre el mismo con un folio pegado a ella que indicaba con letras mayúsculas “OJO, CUIDADO CON LA BALDOSA”).

En el patio que separa el Edificio A del B se han puesto una serie de cartones, aparentemente de forma arbitraria. He de decir que al principio pensaba que se trataba de cajas caídas al mismo sin mala intención, pero después de semanas pasando por allí y observando con suspicacia que estos no cambian de posición con el aire, comienzo a sospechar que tienen alguna función estructural para el techo de los laboratorios de Química III y IV de la primera planta.




Patio que separa los edificios A y B




En el edificio B las reformas han sido mínimas, aunque hay que reconocer que, a simple vista, los únicos desperfectos que existían eran un par de azulejos rotos en la 2º planta. Digo a simple vista porque lo que es a simple oído siguen existiendo desperfectos: el sistema audiovisual de cada clase sigue estando estropeado, se oye bien pero no suena donde debe, sino en las clases adyacentes a las que se conecta el aparato. Aclaro que no es por las paredes o el biombo que separa algunas de ellas, sino porque los sistemas de reproducción de la clase n están conectados, por inducción, a los de la clase n+1. Esto tiene una ventaja, contra todo pronóstico: enterarte de las clases de limítrofes de una forma subliminal. Esto te permite matricularte de todas las asignaturas de primero más las de segundo, pues aunque en principio los horarios de unas clases coincidan con los de otras, con este nuevo sistema puedes dar dos clases al mismo tiempo.


También cabe destacar que en las aulas B hay enchufes en multitud de paredes, lo que está bastante bien para cuando necesitas cargar el móvil. Al único que le veo poca utilidad es al que está en el techo y en el centro de la clase. Pensé que sería para los aparatos que se enchufan al proyector, pero estos van por otra caja metálica al lado de la puerta, cómo no, cerrada con llave (no vaya a ser que los niños de cinco años que estudiamos en la EUITI metamos los dedos en el enchufe).

A mí me parece estupendo que las cosas que haya de valor en la Escuela se cuiden y se protejan de desperfectos. Os pongo otro ejemplo: los equipos de la sala de ordenadores. Las pantallas planas de última generación están enganchadas a las mesas con una pitón, aunque esta solución de alta tecnología no es necesaria para los ordenadores, entre otras cosas, porque sólo van los puertos USB en la mitad de los que poseen estas pantallas y no te vas a poner a robar un aparato que funciona peor que tu móvil. Como ésta es una Universidad de contrastes, las computadoras con los monitores antiguos de 14 pulgadas son más eficientes y además dan un toque nostálgico (más acorde con la ITI) con el ya mítico color amarillento y el ratón analógico Genius con doble botón y las pelusas propias en las varillas que se mueven con la bola.





Sala de ordenadores

Del edificio C apenas tengo quejas. Aunque he de decir que he pasado pocas veces por él, en las que he estado no he observado ningún defecto en su interior. Aún estoy meditando si el hecho de ser un edificio destinado únicamente a despachos de profesores tiene o no algo que ver.

Pero bueno, no todo van a ser obras en este curso. Curso nuevo, fichas nuevas y, cómo no, sus correspondientes fotos. Y eso de que los repetidores no tienen que entregarla es pura leyenda urbana: siempre te toca volver a sacarte fotos, coger las fichas, entregarlas y pedir alguna de sobra ya que siempre se acaba perdiendo alguna. Curso nuevo y las prácticas de siempre en las que nunca te toca el grupo que mejor se ajusta a tu horario. Curso nuevo y los ejercicios… los ejercicios también nuevos, aunque las diferencias con los del año anterior sean mínimas (apenas un par de ejercicios de convocatorias de exámenes anteriores) y, cómo no, toca comprarlos cada año ya que la mayoría de departamentos, en lugar de colgarlos en la Web de la Escuela (como hacen la mayoría de universidades públicas de Madrid), los bajan a Publicaciones, donde puedes adquirirlos previo pago (con algo tienen que financiar las obras de la Escuela). Curso nuevo y me gustaría decir que nuevas fiestas de esta facultad, pero no, de nuestro campus hablaré más tarde.

Llegados a este punto en el que no se entiende nada sobre el edificio de la EUITI, decidí llegar a las entrañas de la misma para buscar respuestas: el laberinto de los sótanos. Allí viví uno de los episodios más surrealistas de mi vida. En los pasillos subterráneos se encuentra el famoso desfibrilador (del que se presume en multitud de carteles subrayados en amarillo fluorescente en los que te indican cómo hacer uso de él). Como es lógico, el desfibrilador está dentro de la enfermería. Lo que no es tan lógico es que la enfermería esté siempre cerrada a cal y canto. Así que nada, amigos, el día que a vuestro colega le dé un infarto por el exceso de grasa en la comida de cafetería, casi mejor que no bajéis a las dependencias sanatorias, subid a la azotea y esperad allí al helicóptero del Samur. Seguro que éste tarda menos en llegar que la llave de la cerradura de dicha enfermería en aparecer.








Baños, enfermería cerrada bajo llave y cartel en la EUITI


En el mismo pasillo de la enfermería están también los baños antiguos (que por otro lado es el más grande de todos). Los tiempos de gloria de estos sanitarios ya quedaron atrás: ahora sus quince urinarios y sus tres retretes están ya casi en desuso. Y aquí hay otro dato más que curioso: hay cuatro habitáculos pero tan sólo tres retretes. ¿Que no te salen las cuentas? No te preocupes, es normal. Aunque resulte incomprensible, en la cuarta sala los encargados del buen funcionamiento de la Escuela se empeñan en tener una silla. Sí, sí, una única silla. Ni water, ni cisterna ni nada. He llegado a la conclusión de que Dirección teme que estos baños se colapsen (recuerdo que por dicho pasillo en la actualidad apenas circulan personas) y ha puesto la silla para que cuando se estén ocupados los quince urinarios y los tres retretes simultáneamente y entre una persona más (la décimo novena, recuerdo), se pueda sentar a esperar a que alguno de ellos quede libre. O eso, o que si a alguien le entra el apretón y tiene que hacérselo en los pantalones, al menos pueda hacerlo sentado.

Como todo huele extraño en este punto (quizá se deba a que alguien tuvo que hacérselo en los pantalones en la silla del baño), decidí volver a la superficie y mirar por las ventanas interiores. Cualquier persona que no frecuente la ITI pensaría que con esas vistas ha dado un paso en el espacio y está contemplando el mismísimo Bronx: una cancha de baloncesto oculta bajo mesas (y mesas, y mesas…), unas canastas rotas por completo, escaleras de incendios que desembocan en él, los containers de las obras para depositar los escombros… Pero en cualquier momento sabes que estás en Madrid por las matrículas de los coches que están estacionados en él, ya que este patio es el aparcamiento del personal del Centro. Supuestamente podría decirse que así es nuestro campus, pero ahora tiene un paso restringido ya que supuestamente se forma mucho alboroto allí y no se pueden dar las clases (debe ser que la gente que habla en el patio molesta, pero las taladradoras, picos, martillos neumáticos no deben oírse).







Patio y cancha de la escuela


Con todos estos pensamientos rondando por mi cabeza, decidí irme a la puerta de la calle y, de camino, me crucé en el “museo”, cómo no, ¡con las máquinas pulidoras del suelo! Que otra cosa no, puede haber graffitis en las paredes internas de las escaleras de la 1º planta, el suelo de los pasillos puede estar mal puesto, se ha podido restringir la entrada a un ascensor con un aparato de tarjetas que acumula energía electroestática en las escaleras adyacentes y que provoca un agradable calambrazo si tocas el pasamanos, pero… el suelo de la escuela ¡BRILLA QUE DA GUSTO! (por cierto, quiero hacer mención a la gente que se ocupa de la limpieza del centro. Es de las pocas cosas que merece la pena destacar porque la verdad es que todo está muy limpio. Felicidades para ellos/as).

En fin, volvamos a la puerta principal, al banco que siempre está ocupado, y ya de paso cambiaremos el ticket del coche, porque como el aparcamiento de la Escuela es sólo para profesores, los alumnos tienen que aparcar en la calle. Y claro, al estar la EUITI en un campus tan universitario como es el de la zona de Embajadores, pues los aparcamientos están en zona verde residente y azul Gallardón, donde debes poner el papelito cada 1 ó 2 horas. Y es curioso que los mismos que ponen las multas son los que cogen el útimo periódico que regala la universidad (los periódicos y los folios de los exámenes son de las pocas cosas que regala la Politécnica). Sí, ese diario que ibas a coger tú justo unos instantes después de que él lo hiciese. Pero piensas: “casi prefiero que me quite el noticiario a que ponga multas a mis compañeros”.









Paredes desconchadas y pintadas




Hay una solución además del coche y el transporte público: la moto (que sí se puede estacionar frente a la puerta de la Escuela gratuitamente) o en bici. Aquí hay otro dilema: dejarla frente a la misma puerta, donde está medianamente vigilada pero corres el riesgo de que te hagan la putada tus propios compañeros de clase, o dejarla en la esquina del edificio, en la que el Ayuntamiento ha puesto unas barras para poder estacionarla, y donde tu bicicleta se convierte en víctima potencial de robo y desguace. (NOTA: en esta esquina suelen estar de forma habitual toxicómanos esperando cundas que les lleven a los poblados a por droga, y muchos de ellos piden dinero a los transeúntes para pagarlas. Dejar la bici con esta gente desesperada por una dosis, teniendo en cuenta que en la acera de enfrente hay una chatarrería y la bici no la va a vigilar nadie: Houston, Houston, we have a problem. Señor alcalde, que hay otros sistemas).








Cámara de seguridad apuntando a una
puerta cerrada permanentemente.


Llegó la hora de hablar de los profesores. Aquí tenemos de todo un poco. Podemos empezar por los que terminan sus clases media hora antes y, en lugar de adelantar temario, prefieren llevarlo al día de otra manera: con horas extra después de los horarios oficiales. También están los que te echan de su despacho a empujones porque no quieren rescatar tu ficha de alumno del año pasado, o los que se empeñan en dar sus clases con diapositivas. Esto está bastante bien porque los profesores se quitan problemas como que no se entienda su magnífica caligrafía. No les culpo por escribir mal, sino por pasar las diapositivas de fácil entendimiento a la misma velocidad que los fotogramas que una película. De esta forma, cuando llegan las difíciles, da igual que dejen el tiempo necesario para que poder copiarlas, porque la fórmula necesaria para entenderlas pasó por delante de tus ojos más rápido de lo que roban las bicis en la esquina. A todo esto, fórmula que no copies se convierte en candidato fijo a caer en el examen de la próxima convocatoria.

Cómo no, también tenemos a los que cuando tienes una duda intentan resolvértela. Y digo intentan porque cuando creen que la resuelven, realmente están contestando lo que quieren o lo que les apetece, no lo que se les pregunta. Son como los políticos, que te dicen “pregunten lo que quieran que yo les responderé lo que me dé la gana”. Aunque casi prefiero a estos que los que te contestan y te acaban liando más (cualquiera diría que les molesta solventar las dudas).

Por último, mención especial merece cierto profesor que ha dejado un vacío en los corazones de algunos alumnos y, para otros como yo, sólo un vacío en nuestras aulas. Estoy hablando de un tipo que el año pasado, cuando un compañero mío le preguntó una duda sobre un ejercicio extra, le contestó: “No he estudiado en el extranjero para solventarte a ti las dudas”. Este año se ha jubilado y a los alumnos que nos toca repetir su asignatura o bien no se nos ha asignado aún un nuevo profesor o, en caso de ya tenerlo, el susodicho no ha hecho acto de presencia en clase (y eso que ya van dos semanas y media de cuatrimestre. Por si acaso: aula B-21 Lunes y Martes de 09.30 a 10.30)

Pienso que de momento con esto bastará. No espero hacer de esto una crítica destructiva, sino todo lo contrario y, si alguien se ha molestado, espero que sepa reconocer que hay algunas cosas que no están funcionando como debieran. Realmente un colectivo amplio de estudiantes no vemos tan complicado que las cosas mejoren en nuestra Escuela. Tampoco queremos nada extravagante, sino que se nos escuche y se nos tenga más en cuenta.


Gracias a por vuestro tiempo, tanto los que lo habéis leido como el genio que lo reviso

3 comentarios:

Unknown dijo...

Chapó. Mencionar solo q las escaleras del ascensor para profesores llevan acumulando cargas desde ls anales de la historia y si llevas jersey te coges alguna q otra. Nada tiene q ver eso q han puesto para tapiarnos el ascensor. Lo cual han acompañado por un cartel incorrectamente escrito (por si nadie se ha dado cuenta) si lees lo q pone...es el personal del centro kien no puede usarlo. Porque todavia está por ver q pongan un cartel bien a la primera. No se si alguns recordaran el del año pasado para las fotos de la Orla, que metia no se cuantas patadas a la Real Academia. También mencionar que en las canchas no se puede jugar al baloncesto, ni sikiera a la pelotita sin hacer ruido....pero si fumar porros, porque a eso si que no le ponen pegas. La silla del baño de abajo es para que no se te quede frio el culillo si te entra el calentón con la chavala...pense q era tan obvio...q a veces tambien piensan en nosotros. Pese a todo se kiere a ese edificio, al final uno le coge cariño....q kieras q no hay q pasar tantos años en el....

Anónimo dijo...

xD buen reportaje de la euiti...en los 2 años k aguanté ahí doy fe de k vi todo lo k comentas y más...el colmo fue cuando tuvieron k llevarse los pitufos a un yonki k la estaba durmiendo tumbao en las escaleras de la misma uni...bastante deprimente el sitio.
en fin, a mi no me verán más el pelo, pero a los k os quedáis por ahí os deseo suerte y muuuucha paciencia xD

salu2;-)

por cierto,enhorawena x el blog...currao currao!

Juan Pi Medios dijo...

Hola colega, aquí tienes una entrada de hace un añito en mi blog, tambien hablando sobre algo así en la euiti... euitiadas vamos. Pero no estés triste que al menos han bajao el precio de la coca cola...

http://pinguinoelectrolirico.blogspot.com/2008/11/dictadura-en-la-euiti-upm-el-profesor.html